Bien pensado, ¿a quién no le gustaría alguna vez viajar al espacio? Éso, subir a un elefante y nadar con delfines son tres de las cosas que me gustaría hacer, aunque sospecho que no va a ser fácil...
Os dejo aquí el enlace. Merece la pena entrar, porque hasta el momento, es el lugar donde el ser humano aún no puede ni estropearlo, ni modificarlo a su antojo, y espero que pase mucho tiempo hasta que podamos hacer del espacio lo que nos plazca. Que nos sirva de inspiración está bien. Dejarlo tal y como es, está mejor.
http://www.lanasa.net/
La semana pasada, el profesor García nos encargó un cometido: explicar la foto a alguien que no puede verla. El cometido no es fácil si distinguimos entre alguien que no la puede ver por motivos funcionales (un invidente) y alguien que simplemente está lejos y al que solo hay que describírsela. En cualquier caso, ahí va:
Es de noche y todo está oscuro. Sobre sale la impresionante nave, la que te lleva a otro mundo, rodeada del blanco del despegue, matizado con azules de la combustión, que dejará atrás los árboles que plagan el bosque y que solo se dejan ver su silueta en un primer plano.
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on 4/27/2010 10:45:00 a. m.
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Ejercicios de clase
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"Mi destino creativo"
Jamás me gustaron los ordenadores. Cierto; me parecían útiles, pero simplemente eso. Nunca pensé que me resultarían tan increíblemente interesantes. Claro que no siempre ha sido así, pero la realidad muchas veces supera a la ficción, y eso es lo que ha operado en mi. Hace unos días, a costa de las dichosas portabilidades de una compañía telefónica a otra, me quedé sin internet durante dos días. El teléfono me preocupaba mas bien poco, pero cuando volví a tener mi "adsl" disponible fué como volver a ver la luz despues de los ocho meses de oscuridad invernal del Ártico.
Cuando, aquella mañana de febrero, el profesor García nos dijo, que teníamos que hacer un blog, mi cerebro automaticamente pensó: "Imposible, yo jamás podré hacer eso". "Jamás" es un término que deberíamos ir desechando de nuestro vocabulario, aún a costa de utilizar menos una palabra que en el fondo tiene su encanto. Pero, al menos, que nuestra mente aprenda a usarla con cautela. Porque podrá estar mejor o peor, ser más original o menos, más o menos completo, y no dudo que los hay mejores (los he visto), pero ahí está. Emerge como un delfín del fondo del mar, para coger aire y volver a sumergirse en las aguas. Y lo mejor es que el delfín le está cogiendo el gusto, y cada vez sube más a la superficie. Solo espero que en el trayecto no séan muy duros con él. Porque tiene que seguir nadando entre los océanos de internet ahora y una vez acabado el curso.
Creo que se lo merece.
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