La mente y el ordenador  

Publicado por teresa




Cuando hace años dejé la facultad para dedicarme a otros menesteres todo era distinto. Recuerdo las clases más grandes, las sillas con tablero para escribir incluido (me sorprendieron el primer día las hileras de mesas, muy modernas), incluso la recuerdo más oscura. Todo cambia, y muchas veces para mejor. Los pasillos pintados a lo "Aterriza como puedas", para ir a la biblioteca siga la linea verde, o como en "El Mago de Oz", a la secretaría, la linea naranja (aunque en la famosa película el camino era siempre el mismo). Juro que la biblioteca no era así, no la recuerdo ni tan grande ni tan luminosa. ¿Y la cafetería? Me resultó altamente gratificante ver el "crecimiento" que había experimentado y la ausencia total de humo (antes era un auténtico fumadero).

Pero si hay algo que me impresionó fue el hecho de que hubiera ordenadores en la clase. Supongo que no será ni mejor ni peor que en otras facultades, pero, decididamente, han cambiado la manera de impartir clase y, sobre todo, de aprender con métodos distintos. Poder entrar en Internet para buscar cualquier cosa, mapas, etimologías, fechas, personajes...Ver documentales emitidos hace años, u observar cómo una gorila se comunica con su protector sin tener que salir del aula me parece una manera ágil de enseñar y cómoda para aprender.

Yo soy una partidaria a ultranza de la mente. Es ella la que nos ha colocado donde estamos, somos lo que somos porque tenemos una mente pensante, un cerebro que va más allá del simple reconocimiento y tratamiento de la información. Por más que el ordenador pueda hacer, hay cosas que se le escapan, que no llega a poder realizar. Probablemente, si yo fuese un ordenador me sentiría algo celosa de la mente humana. Ella, que es capaz de crear cosas inverosímiles, de pintar obras babilónicas, de inventar historias que van más allá de nosotros mismos y nos trasladan a lugares y tiempos lejanos. La mente, que nos puede traicionar en exámenes y pruebas importantes para nosotros, que, de pronto, se nos queda en blanco como las sábanas de mi madre, se alía con los sentimientos para llegar aún mas lejos. Y se enamora, y odia, y desea. Y nos provoca desasosiego cuando tenemos que decidir.

No cabe duda que también elabora maquiavélicos planes para hacer daño, y que a lo largo de la historia estamos inundados de ellos. Pero es hermosa, porque nadie manda sobre la de uno mismo. La mente es lo mas libre que poseemos, porque nadie la puede hacer callar. Nadie la puede desenchufar de la red.

This entry was posted on 5/11/2010 09:02:00 a. m. and is filed under . You can leave a response and follow any responses to this entry through the Suscribirse a: Enviar comentarios (Atom) .

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