Objeto creativo  

Publicado por teresa

Le he dado muchas vueltas al objeto creativo. Lo he puesto del derecho y del revés. Lo he situado en distintos momentos y situaciones de mi vida. He llegado a dudar de tener una pizca de creatividad. Hasta que pensé en hacer algo que me gustase, con lo que me sintiera identificada, y que no se me diera del todo mal. No es el momento ni el lugar para explicar el por qué de mi decisión, pero ahí va, como el caballo de copas, que diría Bécquer.
"Donar es crear"
Cuentan que allá por el siglo XV, las matronas lamían la punta de la nariz a los niños recién nacidos para averiguar si tenían la enfermedad de "los niños encantados". Un siglo después, en 1606 para ser más exactos, y ya en nuestro Siglo de Oro, el Doctor D. Juan Alonso y de los Ruyzes de Fontecha, profesor de Medicina de la Universidad de Alcalá, en su libro "Diez privilegios para mujeres prenadas", nos dice:"...que conoce a la gente embrujada, si al rascarles en la frente, uno después nota un sabor salado en los dedos".
Estos niños encantados, embrujados o hechizados padecían una de las enfermedades más devastadoras y dolorosas que se conocen. Es la Fibrosis Quística.
La FQ o mucoviscidosis, es "la enfermedad genética más frecuente de la raza blanca. Afecta a recién nacidos, niños, adolescentes y adultos, ocasionando una patología de tipo evolutivo con disminución de la esperanza de vida. Se da en las glándulas secretoras del organismo, causando daños en distintos órganos como los pulmones, páncreas e hígado, por tanto, a los aparatos respiratorio, digestivo y reproductor. Como consecuencia de estas alteraciones, los pacientes con FQ producen unas secreciones adherentes que ocasionan dificultades al drenaje bronquial en los pulmones y afectan al sistema digestivo, haciendo especialmente difícil la mecánica respiratoria y la correcta asimilación del alimento".
Hasta aquí un poquito de historia y una breve explicación. Pero mi cometido en este momento, no es ni explicar ni detallar esta enfermedad. Ni siquiera voy a entrar en contar el día a día de estos pacientes. Porque hoy, lo que intentaré será hacer una absoluta apología de algo que, estando en boca de todos, aún puede haber gente no concienciada con el tema.
Cuando tienes un hijo preguntas: ¿Está bien? ¿Tiene todos sus deditos? ¿Las piernecitas bien formadas? Cuando le oyes llorar y notas que todo va bien comienzan los parecidos. La abuela materna dirá que se parece a la madre, en lucha encarnizada con la abuela paterna que defenderá a ultranza el parecido con el padre. Sin dejarnos a un lado al tío de turno que nos hará notar, casi bajo coacción, la similitud de la criatura con él mismo, "vamos, como dos gotas de agua".
Y es que siempre es igual. Desde que nacemos seguimos unas pautas de vida que, con las matizaciones lógicas de las distintas sociedades y culturas, nos hacer seguir unos mismos caminos. Unos por un lado, otros por otro, en cualquier caso el proceso en la vida es el mismo en todos los seres humanos: Nacemos, crecemos, nos producíamos y finalmente, morimos, siempre bajo el mismo cielo. Siembre sobre la misma tierra.
¡Cuánto se ha hablado de la muerte! Ese momento que casi todos tememos, que intentamos alejarlo de nuestras vidas el máximo tiempo posible, pero que en el fondo todo el mundo espera. Porque llegar llega, no nos quepa la menor duda. Generalmente no se piensa en ella hasta que la tenemos a nuestra vera, esperando paciente a que demos esa última bocanada de aire que la precede. Entonces te mece entre sus brazos y con dulzura te envuelve con el manto de la eternidad. Es normal temerla, porque siempre se teme a lo desconocido, pero yo he aprendido una forma de dismitificarla que,(igual la molesta), podría servir a mucha gente.
Todos nacemos iguales ante la ley, e iguales entre nosotros mismos. Con sutiles diferencias, contamos con idénticos órganos biológicos que cumplen cada cual su función independiente de otros factores. Negros, amarillos o blancos, hombres o mujeres, musulmanes, cristianos o budistas, gays, lesbianas; bajitos o altos, gordos o flacos. Todos disponemos de las mismas herramientas internas de supervivencia. Y todas y cada una de ellas se pierden cuando morimos. Porque cuando pasamos a formar parte de la tierra, nuestros órganos van con nosotros.
¿Que dirían todos esos incrédulos si yo les dijese que con un solo ser humano fallecido se salvan más de diez vidas? No hay más que contar. Si con tus dos pulmones permites que dos personas respiren; si con tus córneas regalas la vista a otra; si con tus riñones le haces la vida mas soportable a otras dos...¿O es que no sabemos que cuando morimos nuestros órganos se mueren también?¿A que parece algo completamente obvio?
Somos el país del mundo con mas donaciones realizadas al año. Somos los que estamos más concienciados y mas identificados con el tema. Pero necesitamos más. Se esperan corazones, hígados y médulas. Se necesitan pulmones, riñones, huesos. Todo lo que ya no le sirve a aquel que ha "pasado a mejor vida". Hay tanto enfermo al que ayudar...y es tan fácil. Lo único que hay que hacer es quitarse prejuicios absurdos de la mente. Ni religiones ni costumbres, nada justifica el no concienciarse de ello. Si somos capaces de haber hecho que el hombre viaje al espacio; si hemos alcanzado la tecnología y conocimientos suficientes para conseguir estar comunicados de una punta a otra del globo; si los hay que han escrito las mas bellas historias que se puede uno imaginar, ¿no vamos a ser capaces, en nuestro último suspiro de dar la vida? No vamos a ser capaces de hacernos cómplices de la creación y crear nuevas esperanzas. Si crear nos ha servido para tanto, ¿hay algo más hermoso que hacerlo en nuestra despedida?
En la Federación Española de la Fibrosis Quítica tienen un lema:
"Tu respiras sin pensar; ellos solo piensan en respirar"

This entry was posted on 5/14/2010 07:29:00 a. m. and is filed under . You can leave a response and follow any responses to this entry through the Suscribirse a: Enviar comentarios (Atom) .

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